Reflection by: Fr. Salvator M. Stefula, T.O.R.
My sisters and brothers in Christ,
Nov 1st, we celebrated the feast of All Saints. It was a beautiful opportunity to remember all the saints in heaven, those officially canonized by the Church as well as those who are in heaven, but not officially recognized by the Church… parents, family members, friends, etc.
Nov 2nd is All Souls Day. As Catholics, we have the beautify tradition of praying for those who have died– parents, family members, friends and even for those we do not know. The month of November is traditionally dedicated for praying for those who have died. We have been taught about Purgatory and believe it is the temporary place for souls before entering heaven. Purgatory, among all the mysteries and beliefs of the Church, is an extremely logical and comforting doctrine. It is logical if we ask ourselves how many of us think we will be perfect when we die. Even those who have lived a good life may still have a little room for improvement, they may still not love God or others quite enough. It is an opportunity to grow into the most loving, most holy person we can possibly be. May all the souls of the faithful departed rest in the loving mercy of our Lord Jesus.
Mis hermanas y hermanos en Cristo,
El 1ro de noviembre conmemoramos la fiesta de Todos los Santos. Fue una bella oportunidad el poder recordar a todos los santos en el cielo, aquellos que oficialmente han sido canonizados por la Iglesia, así como los que están en el cielo, pero no han sido reconocidos oficialmente por la Iglesia… madres y padres, miembros de familias, amigos y amigas, etc.
El 2 de noviembre es el Dia de los Fieles Difuntos. Como católicos, tenemos la bella tradición de rezar por todos los que han fallecido— madres y padres, miembros de familias, amigos y amigas, y hasta aquellos que no conocemos. Tradicionalmente, el mes de noviembre es dedicado a todos los que han fallecido. Se nos ha enseñado acerca del purgatorio y créanlo, es el lugar temporero de las almas antes de entrar al cielo. El purgatorio, entre todos los misterios y creencias de la Iglesia, es una doctrina extremadamente lógica y confortante. Lógica si nos preguntamos cuantos de nosotros pensamos que cuando fallezcamos seremos perfectos. Incluso aquellos que han vivido una buena vida pueden tener aún espacio para mejorar, es posible que aún no amen a Dios o a los demás lo suficiente. La oportunidad de crecer para ser el más amado, la persona más santa que posiblemente podemos ser. Que todas las almas de los creyentes ya fallecidos descansen en la amada misericordia de nuestro Señor Jesus.




